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página de filosofía de jesús ángel martín

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  1. cuestionario sobre 'Ciencia, tecnología y sociedad'

  2. ORTEGA: meditaciones sobre la técnica. El carácter paradójico de la técnica actual. CUESTIONES

  3. Narrar la historia de un invento con importantes repercusiones en nuestra cultura, como el que se cita en a continuación de 'el telescopio'

 

 


CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD. Introducción

Lewis MUMFORD, Técnica y civilización

  

            Durante los últimos mil años la base material y las formas culturales de la civilización occidental han sido profundamente modificadas por el desarrollo de la máquina[...]

            Detrás de todos los grandes inventos materiales del último siglo y medio no habla sólo un largo desarrollo de la técnica; habla también un cambio de mentalidad. Antes de que pudieran afirmarse en gran escala los nuevos procedimientos industriales era necesaria una nueva orientación de los deseos, las costumbres, las ideas y las metas...

            Correspondió a los pueblos de Europa occidental llevar las ciencias físicas y las artes exactas hasta un punto que ninguna otra cultura habla alcanzado, y adoptar toda la forma de vida al paso y a las capacidades de la máquina. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo pudo la máquina, de hecho, apoderarse de la sociedad europea hasta que esta sociedad, por una acomodación interna, se rindiera a la máquina?[...]

            La máquina ha invadido nuestra civilización en tres olas sucesivas. La primera ola, que entró en movimiento hacia el siglo X, acumuló fuerza e impulso al tiempo que otras fuerzas de la civili­zación se debilitaban y se dispersaban: este temprano triunfo de la máquina fue un esfuerzo para conseguir orden y potencia con me­dios puramente externos, y su éxito se debió en parte al hecho que eludía muchos de los problemas auténticos de la vida y se alejaba de las graves dificultades sociales y morales que no había ni afron­tado ni resuelto. La segunda ola se lanzó adelante en el siglo XVIII después de un largo estancamiento durante la Edad Media, con sus perfeccionamientos en la minería y el trabajo del hierro: aceptando todas las premisas ideológicas del primer esfuerzo para crear la má­quina, los discípulos de Watt y Arkwright aspiraban a universalizarlas y a aprovechar las consecuencias prácticas. Durante este es­fuerzo, varios problemas morales, sociales y políticos que se habían dejado de lado por el exclusivo desarrollo de la máquina, se presen­taron entonces nuevamente con redoblada urgencia: la misma eficien­cia de la máquina fue radicalmente disminuida por el fracaso de alcanzar en la sociedad un conjunto de fines armoniosos e integrados. La regimentación externa y la resistencia y la desintegración internas iban de la mano: aquellos afortunados miembros de la sociedad que estaban en completa armonía con la máquina lograron dicho estado solamente cerrando varios caminos importantes de la vida. Final­mente, empezamos en nuestros propios días a observar las crecientes energías de la tercera ola: detrás de ésta, tanto en la técnica como en la civilización, hay fuerzas que fueron anuladas o desviadas por el temprano desarrollo de la máquina, fuerzas que se manifiestas ahora en todos los sectores de la actividad, y que tienden hacia una nueva síntesis del pensamiento y a una fresca sinergia en la acción. Como resultado de este tercer movimiento, la máquina deja de ser un sus­titutivo de Dios o de una sociedad ordenada; y en vez de que su éxito se mida por la mecanización de la vida, su valor se hace cada vez más mensurable en términos de su propia aproximación a lo orgánico y lo vivo. Las olas de retroceso de las dos primeras fases disminuyen algo la fuerza de la tercera ola: pero la imagen sigue siendo exacta en cuanto que sugiere que la ola que ahora nos está transportando se está moviendo en una dirección opuesta a las del pasado.

            En este momento ya está claro que ha comenzado un mundo nueva; aunque sólo de un modo fragmentario... La técnica y la civilización en conjunto son el resultado de elecciones, de aptitudes y de es­fuerzos, tanto pensados como inconscientes, a menudo irracionales cuando al parecer son de lo más objetivo y científico; pero incluso cuando son incontrolables no son externos. La elección se mani­fiesta en la sociedad por pequeños incrementos y decisiones instan­táneas así como en ruidosas luchas dramáticas[...]

                        La máquina misma, sin embargo, es un producto del ingenio hu­mano y de su esfuerzo: por ello, entender una máquina no es un mero paso para orientar de otra manera nuestra civilización; es también un medio para entender la sociedad y para conocemos a nosotros mismos. El mundo de la técnica no está aislado ni es autónomo: reacciona ente las fuerzas y los impulsos que aparentemente proceden de lugares remotos del medio ambiente. Este hecho hace particularmente esperanzador el desarrollo que ha estado en marcha en la técnica misma desde 1870 aproximadamente. Pues lo orgánico se ha hecho visible nuevamente incluso dentro del complejo mecá­nico: algunos de nuestros instrumentos mecánicos más característicos ‑‑el teléfono, el fonógrafo, la película cinematográfica‑‑ se han ori­ginado en nuestro interés por la voz humana y el ojo humano y por nuestro conocimiento de su fisiología y su anatomía.

Cuestionario:

  1. ¿Qué relaciones describe el autor entre técnica y civilización?

  2. Mumford mantiene que el desarrollo de la técnica se ha llevado a cabo en tres etapas. ¿A qué momento corresponde cada? ¿Cuáles son sus características?

  3. También apunta el autor el nacimiento de una nueva época. Describe:

    • Sus características

    • Su evolución futura

    • Sus implicaciones en la cultura y en la mentalidad de la gente

  4. Explica el sentido de los términos y las expresiones señalados en el texto


 

EL PROBLEMA DE LA TÉCNICA. EL CARÁCTER PARADÓJICO DE LA TÉCNICA ACTUAL

"Sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca. Así, ni más ni menos. Supongamos que no fuera así, que la técnica no fuese consustancial al hombre, sino un añadido que sobre su existencia elemental y primaria ha sobrevenido. Lo que nadie puede dudar es que desde hace mucho tiempo la técnica se ha insertado entre las condiciones ineludibles de la vida humana de suerte tal que el hombre actual no podría, aunque quisiera, vivir sin ella. Es, pues, hoy una de las máximas dimensiones de nuestra vida, uno de los máximos ingredientes que integran nuestro destino. Hoy el hombre no vive ya en la naturaleza sino que está alojado en la sobre naturaleza que ha creado en un nuevo día de Génesis: la técnica.

Hoy la técnica produce, en las sociedades humanas, innumerables conflictos, nacidos paradójicamente de la superabundancia de su propia eficiencia. Así mismo ha tornado la vida humana más irreal. La razón es clara. La porción de técnica que intervenía en la existencia humana hace seis siglos era superlativamente menor que la de hoy. Entonces todavía las actividades no técnicas del hombre contaban mucho más que las técnicas. Una de las muchas consecuencias de ello era que todo hombre tenía que ejercitar por sí en la vida muchos más actos técnicos que hoy. Hoy, precisamente, el progreso de la técnica permite que nos sean dadas muchas innumerables cosas que antes cada cual tenía que hacerse o, por lo menos, intervenir en su factura. Hoy nos es dado hasta subir una escalera, por medio del ascensor.

El señor feudal, por ejemplo, veía herrar sus caballos, labrar sus tierras, moler el "molino del bando" y tundir sus batanes. Hoy no sólo no se suele ver funcionar las técnicas correspondientes, sino que la mayor parte de ellas son invisibles, quiero decir que su espectáculo no descubre su realidad, no la hace inteligible. Ver una fábrica podría dejar una impresión estética, emotiva, pero no enseña congruentemente qué es la técnica de esa fábrica, como ver un automóvil no descubre el complicado plan de su maquinaria.

Esto trae consigo que, contra lo que al pronto pueda parecer, la colocación del hombre actual ante su propia vida es más irreal, más inconsciente que la del hombre medieval y tiene menos noción que aquél de las condiciones bajo las cuales vive. De donde resulta que al hombre medio se le ha hecho hoy su propia vida menos transparente que lo que la suya era al hombre en otros tiempos. La técnica, cuya misión es resolverle al hombre problemas se ha convertido de pronto en un nuevo y gigantesco problema.

... Tenemos, pues, que la técnica es, por lo pronto, el esfuerzo por ahorrar esfuerzo o, dicho de otra forma, es lo que hacemos para evitar, por completo o en parte, los quehaceres que la circunstancia primaria nos impone... ¿A dónde va a parar ese esfuerzo ahorrado y que queda vacante?... ¿Qué es lo que va a hacer (el hombre), qué quehaceres van a ocupar su vida? Porque no hacer nada es vaciar la vida, es no vivir, es incompatible con el hombre... La técnica permitirá que el hombre no tenga que trabajar más que una o dos horas al día. Pues bien: ¿qué va a hacer el resto de las veinticuatro?..."

ORTEGA Y GASSET, José; Meditaciones sobre la técnica y otros ensayos. Madrid, Revista de Occidente. 1982.

CUESTIONES:

  1. Elabora un resumen con una lista de las ideas principales del texto.
  2. Señala lo positivo y lo negativo de la técnica según el autor.
  3. Cada día dependemos más de la técnica, ¿crees que podemos llegar a estar a ‘su servicio’ en ver de ser ella un instrumento a nuestro servicio? Razona la respuesta
  4. Da tu opinión sobre el texto

 

Historia del telescopio

El telescopio se inventó en Holanda, pero se discute el verdadero inventor. Normalmente, se le atribuye a Hans Lippershey, un fabricante de lentes holandés, sobre 1608. En 1609, el astrónomo italiano Galileo mostró el primer telescopio registrado. El astrónomo alemán Johannes Kepler descubrió el principio del telescopio astronómico construido con dos lentes convexas. Esta idea se utilizó en un telescopio construido por el astrónomo Christoph Scheiner, un jesuita alemán, en 1630. Debido a las dificultades producidas por la aberración esférica, los telescopios astronómicos deben tener una distancia focal considerable: algunos de hasta 61 metros (véase Óptica).

La invención del objetivo acromático en 1757 por el óptico británico John Dollond y el perfeccionamiento del cristal de roca óptico (vidrio flint) en 1754, permitieron pronto la construcción de telescopios refractores muy perfeccionados. Las lentes de Dollond tenían un diámetro de sólo 7,5-10 cm; en cualquier caso todos estos telescopios tenían dimensiones modestas. A finales del siglo XVIII Pierre Louis Guinand, un óptico suizo, descubrió los métodos para fabricar grandes discos de vidrio flint; después se asoció con el físico alemán Joseph von Fraunhofer. El descubrimiento de Guinand permitió la fabricación de telescopios de hasta 25 cm de diámetro.

El siguiente gran industrial de lentes telescópicas fue el astrónomo y fabricante de lentes estadounidense Alvan Clark. Junto con su hijo, Alvan Graham Clark, construyó lentes no sólo para los principales observatorios de su país, sino también para el Observatorio Imperial Ruso en Pulkovo y para otras instituciones europeas.

En el telescopio reflector se utiliza un espejo cóncavo para formar una imagen. Se han inventado numerosas variaciones de este telescopio y con él se han realizado muchos de los más importantes descubrimientos astronómicos. A principios del siglo XVII un jesuita italiano, Niccolo Zucchi, fue el primero en utilizar un ocular para ver la imagen producida por un espejo cóncavo, pero fue el matemático escocés James Gregory quien describió por primera vez un telescopio con un espejo reflector en 1663. El físico y matemático inglés Isaac Newton construyó el primer telescopio reflector en 1668. En este tipo de telescopio la luz reflejada por el espejo cóncavo tiene que llevarse a un punto de visión conveniente al lado del instrumento o debajo de él, de lo contrario el ocular y la cabeza del observador interceptan gran parte de los rayos incidentes. Gregory solucionó esta dificultad en su diseño interponiendo un segundo espejo cóncavo, que reflejaba los rayos al ocular. Henry Draper, uno de los primeros astrónomos estadounidenses que construyó un telescopio reflector, utilizó con éxito un prisma de reflexión total en lugar de un espejo plano.

El físico y astrónomo francés Giovanni D. Cassegrain inventó un telescopio que tenía un espejo convexo en lugar de uno cóncavo hacia 1672. El astrónomo inglés sir William Herschel inclinó el espejo de su telescopio y colocó el ocular de forma que no bloqueara los rayos incidentes. Los espejos de Herschel tenían un diámetro de 122 cm, y un tubo de unos 12,2 m de longitud. Los espejos de los telescopios reflectores solían hacerse de metal brillante, una mezcla de cobre y estaño, hasta que el químico alemán Justus von Liebig descubrió un método para colocar una película de plata sobre una superficie de cristal. Los espejos con baño de plata fueron muy aceptados no sólo por la facilidad de construcción del espejo sino también porque se podía repetir el baño de plata en cualquier momento sin dañar su forma. El baño de plata ha sido sustituido por el revestimiento de aluminio, de mayor duración.

En 1931, el óptico alemán, de origen ruso, Bernard Schmidt inventó un telescopio combinado reflector-refractor que puede fotografiar con nitidez amplias áreas del cielo. Este telescopio contiene una lente delgada en un extremo y un espejo cóncavo con una placa correctora en el otro. El mayor telescopio Schmidt, con una lente de 134 cm y un espejo de 200 cm, está en el Observatorio Karl Schwarzschild en Tautenberg, Alemania.

En la actualidad, el mayor telescopio reflector del mundo es el telescopio Keck, de 982 cm, en el Observatorio Mauna Kea en Hawai. Entre la lista de reflectores de más de 254 cm de diámetro están el telescopio de 600 cm de diámetro en el Observatorio Astrofísico de Rusia, cerca de Zelenchukskaya; el telescopio de 508 cm, en el Observatorio Monte Palomar, California, Estados Unidos; el de  cm, en el Observatorio Roque de los Muchachos en Las Palmas, Islas Canarias; el instrumento de 401 cm, en el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo cerca de La Serena, Chile; el telescopio de 389 cm, en el Observatorio Anglo-australiano cerca de Coonabarabran, en Australia; el de 381 cm, en el Observatorio Nacional de Kitt Peak en Arizona, Estados Unidos y el telescopio de 381 cm, en Mauna Kea. Un telescopio estadounidense famoso, el Hooker de 254 cm, en el Observatorio Monte Wilson en Pasadena, California, fue cerrado desde 1985 a 1992, por causa de las presiones financieras, por los nuevos desarrollos tecnológicos y por el deseo de simplificar su funcionamiento.

El telescopio Keck incorpora una importante innovación en su diseño. La superficie del espejo del telescopio consta de 36 segmentos hexagonales individuales, cada uno de los cuales puede moverse mediante tres pistones actuantes. Las técnicas electrónicas mantienen los segmentos alineados entre sí. La segmentación no sólo reduce el peso del aparato, sino que también hace que sea mucho más sencillo pulir el espejo gigante.

Otra importante innovación en el diseño de telescopios es el telescopio de espejos múltiples (MMT), el primero de los cuales se terminó en 1979 en Mount Hopkins, Arizona, Estados Unidos. El MMT emplea un conjunto de seis espejos cóncavos de 183 cm (que deben reemplazarse por un solo espejo de 650 cm) para lograr la efectividad del acopio de luz de un único reflector de 450 cm de diámetro.

El telescopio espacial Hubble tiene la ventaja de estar por encima de la atmósfera distorsionante de la Tierra. Fue lanzado en 1990 con múltiples problemas mecánicos y electrónicos y reparado en diciembre de 1993. Incluso antes de la reparación, proporcionó algunas imágenes mejores que las obtenidas con instrumentos situados en la Tierra.

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Investigación y elaboración a cargo de Martín A. Cagliani, estudiante de Antropología Arqueológica e Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires

Nota: La actividad consistirá en exponer verbalmente ante los compañeros la historia del invento con ayuda solamente de un esquema y citando la fuentes de información.